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"Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento prácticamente nadie afirma poder entenderla" (Wenger, Jones







Cuando hablamos de este rasgo de la personalidad, tenemos que decir que se caracteriza por una variación en los sentimientos y los estados emotivos, como por los altibajos del ánimo, sin motivo o por causas insignificantes. Un problema pendiente a resolver.


¿Podemos estar convencido de tener la vida que deseamos, estar contentos con lo que nos rodea… y a los dos minutos sentirnos en el peor de los mundos?


Es que este tipo de estados se repite continuamente, estamos ante la inestabilidad emocional, un trastorno que deja huellas dolorosas y que anula relaciones valiosas en quien lo sufre. Deriva fundamentalmente de la baja autoestima y de los problemas de comunicación.


En nuestras vidas todos experimentamos momentos en que nuestro estado de ánimo fluctúa del desánimo al optimismo, en que valoramos negativamente nuestros méritos y capacidades, y en que nos sentimos aislados o poco comprendidos. Estas son respuestas emocionales normales en momentos difíciles de la vida y suelen desaparecer cuando las dificultades pasan.


Las emociones se mueven, cambian y en ocasiones lo hacen mucho y de forma involuntaria, lo cual nos produce una sensación de descontrol que conocemos como inestabilidad emocional, y la definimos como pérdida temporal del equilibrio emotivo, que afecta el normal desempeño de las personas y genera dificultades en la salud las relaciones y la productividad.


Todas nuestras emociones, por su parte, son respuestas del organismo ante eventos externos e internos. Un evento externo puede ser un cambio en el ambiente, como un ruido, una exigencia de esfuerzo o alguna situación novedosa o inesperada. Un evento interno puede ser un pensamiento o un cambio hormonal. Las emociones influyen siempre en los pensamientos y en la conducta.


La inestabilidad emocional se manifiesta a través de: períodos de tristeza, baja tolerancia a la frustración, baja autoestima, etc...


Se dice que la persona inestable vive en una montaña rusa emocional: va dando tumbos en el terreno emocional, incapaz de conservar los afectos porque los cambia según cambia el viento. Y, aunque da la impresión de ser feliz, vive con la pesada carga de no poder consolidar algo permanente.


Las personas inestables tienen dificultades para separar los diferentes acontecimientos de su vida; si tienen un problema laboral lo trasladan a la pareja, etc... Ponen a prueba a todos lo que tienen a su alrededor, para comprobar que, llegado el caso, cuentan con su ayuda....


Creo que ser ecuánime puede ser considerado un talento pero es necesario considerarla como una capacidad que se puede desarrollar con el tiempo. La ecuanimidad en los adultos es la manifestación del equilibrio emocional que debemos tener ante cualquier situación que nos presenta la vida; es el resultado del equilibrio emocional necesario para desarrollarnos espiritualmente.


Cuando nos enojamos o entristecemos, se ven vulneradas la salud y la energía en el cuerpo y la mente, deteriorando el sistema inmunológico causándonos enfermedades. Si las emociones no se controlan, estas afectan nuestra salud por el gran desgaste de energía que nos ocasionan, atentando además nuestras relaciones con los demás y afectando la voluntad y nuestra razón.


Es que la inestabilidad emocional provoca un encierro interno a pesar de sus expresiones explosivas o eufóricas. Esto genera los problemas de comunicación. Disminuye la capacidad de expresar lo que siente.


Por el contrario, confunde a los demás con explicaciones y justificaciones acerca de su estado de ánimo y reacciones. De esta manera, se hace imposible, para quienes lo rodean entender qué le pasa y qué le está afectando. Salir de este círculo es muchas veces, muy difícil. Sólo la atención psicoterapéutica, en manos de un profesional especializado, puede ayudar a la persona a superarse y encontrar armonía, equilibrio y realización personal.


Así, la inestabilidad emocional tiene su eje causal en nuestra propia mente y es allí donde puede corregirse. Para superar la fluctuación emocional hay que desarrollar la metacognición, es decir aprender a pensar sobre nuestros pensamientos, vigilar la mente, acecharla para detectar patrones, pauta o tendencias de pensamientos, ya que al reconocer los esquemas mentales negativos, es posible sustituirlos por formas mentales positivas y nuevas.


La concentración, la neutralidad, la meditación y la interpretación positiva, son soluciones estabilizadoras de las emociones que se descarrilan.


Para concluir, pienso que cuando los cambios se dan en el marco de nuestras respuestas emocionales, podemos perder el control de la conducta y de ciertas situaciones, y padecer serias consecuencias. Dos claves para comprender y manejar la inestabilidad emocional, son: la identificación y las interpretaciones.


Entonces si queremos tener estabilidad en nuestras vidas necesitamos dedicar tiempo para nosotros. Si dedicamos tiempo para nuestro ser y entendemos cómo funciona nuestra mente y cómo podemos hacer el mejor uso de la misma, aprenderemos a no reaccionar ante las circunstancias de la vida. Nuestras respuestas serán respuestas creativas y positivas.

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